Muchos aficionados al baloncesto recordarán a Frederic Weis por su paso por la Liga Endesa, donde jugó en Málaga, Bilbao y Menorca. Otros por su elección en el Draft de 1999 en la 15ª posición por los Knicks, aunque nunca jugaría en la NBA. La gran mayoría, sin embargo, le recuerdan por ser la ‘víctima’ del mate de Vince Carter en los Juegos Olímpicos de 2000.
«No saltó, voló sobre mí», bromea Weis en el documental de ESPN. «Mucha gente dice que ese mate me retiró, pero jugué diez años más».
A sus 47 años, Frederic Weiss ya lleva 13 retirado. Poca culpa tuvo aquel mate de la depresión que sufrió durante años, como se llegó a rumorear: «Lo que me destrozó fue mi vida personal, no el baloncesto».
Fue en Bilbao, en 2004, cuando su vida realmente cambió. La profesora de su hijo de 2 años, Enzo, llamó a Frederic y a su pareja en aquel momento, Celia, y les recomendó ir a ver a un médico por las conductas de su hijo. El médico diagnosticó que Enzo sufría un autismo severo: «Nunca podrá valerse por sí mismo. Nunca se casará, no tendrá hijos y será así el resto de su vida. Nada cambiará«, recuerda Frederic Weis que les dijeron, además de relacionar el autismo de su hijo con su propia genética: «Mi vida está arruinada. Toda la vida que tendremos es por mi culpa«, pensó. «Estaba detrozado«.
El intento de suicidio de Weis y cómo lo superó
Culpabilizado, el internacional francés entró en una espiral de depresión, alcohol, peleas callejeras, perdió dinero y a sus amigos: «Veía a mis amigos teniendo hijos, enseñándoles cómo jugar al baloncesto. Para ellos era muy fácil. Mi hijo casi no podía coger el balón y tirar era imposible. Era un padre, pero un padre destrozado«.
Celia y Frederic se separaron poco después del diagnóstico de Enzo. Ella se fue a vivir a Francia con su hijo mientras el pívot galo continuó jugando profesionalmente en España.
Un día en el que iba en el coche a recoger a Enzo para pasar unos días con él, Celia fue clara con Frederic Weis: «No quiero darte a Enzo, no está bien y es peligroso para él«. Weis paró el coche: «Me tomé somníferos, dos tubos de 12 pastillas. Estaba destrozado, así que me tomé las pastillas. Intenté suicidarme«.
Weis se despertó con más de 20 llamadas perdidas de Celia: «Fue un punto clave para ser mejor persona. Para mí fue importante. Empecé a trabajar en mí«.
En 2011 tomó la decisión de retirarse para centrarse en mantenerse sobrio y estar más cerca de su hijo. Ha encontrado el amor de nuevo, va a tener su segundo hijo con su nueva pareja y también ha vuelto a enamorarse del baloncesto como comentarista.
«Si necesitas ir hacia arriba en tu vida, piensa en las cosas buenas, no en las malas. Me olvidé de todo lo malo y estoy contento. La vida es bonita«.
Aquí puedes ver el documental completo de ESPN sobre Frederic Weis:
