Notas de Fútbol

Donnarumma surgió en un momento complicado en el Milan: los resultados no llegaban y los grandes jugadores, tampoco. Era la temporada 2015-16 y no lo estaba haciendo mal el veterano Diego López, fichado del Real Madrid, en la portería rossonera, pero el tristemente fallecido Sinisa Mihajlovic, entonces técnico milanista, decidió darle la oportunidad a un chaval de 16 años del que hablaban maravillas para otorgarle la llave de las puertas de uno de los gigantes de Europa. No le pudo la presión: siendo un adolescente, no se demoró en demostrar sus cualidades, ganarse la titularidad en San Siro y postularse como uno de los arqueros más prometedores de Europa. Sin embargo, ocho años después, las cosas son distintas en un club como el PSG donde levantar la Champions es cuestión de prioridad absoluta.

En 2021, Donnarumma tenía 21 años y ya llevaba un lustro en la élite. Su camino en el Milan había tenido altibajos y alguna que otra polémica con las renovaciones, pero había alcanzado la madurez bajo palos y era uno de los pilares de un Milan que comenzaba a ver la luz con Pioli en el banquillo e Ibrahimovic, Leao o Kessié en el campo. Al término de aquella temporada, en la que el cuadro rossonero alcanzó el subcampeonato, el guardameta napolitano disputaría la Eurocopa con Italia en la que no sólo saldría campeón, sino también nombrado como el mejor jugador del torneo tras ser además el héroe de la final, donde detuvo los lanzamientos de Jadon Sancho y Bukayo Saka en la tanda de penaltis ante Inglaterra.

Ya se sabía entonces que esta vez no renovaría por el Milan, que ya tenía contratado a su sucesor en los guantes del francés Mike Maignan, procedente del Lille y que sería todo un acierto. Donnarumma cerraba así su etapa en el Milan y se embarcaba en el ambicioso proyecto del PSG, que tenía como objetivo claro y conciso levantar la Liga de Campeones y para lo que no escatimaba en gastos. Ya desde el principio no fue sencilla su llegada: Keylor, el portero de las tres Champions seguidas del Madrid, era el dueño de la portería parisina y, al igual que le ocurrió en el Bernabéu, veía cómo fichaban a otro peso pesado para disputarle el puesto.

Las fatídicas noches de Liga de Campeones

No fue una decisión sencilla para Pochettino, que repartió los minutos entre ambos pero le dio al arquero transalpino los grandes envites, como los octavos de Champions ane el Madrid. El problema llegaría en la vuelta: con todo de cara para el PSG y dos goles de ventaja en la eliminatoria, el Madrid firmó tras el descanso una remontada para el recuerdo con tres tantos, incluido aquel en el que Benzema le arrebató el balón a Donnarumma y que dio inicio a una Champions de leyenda. De esa forma, el titánico PSG de Messi, Neymar y Mbappé se quedaba un año más sin Liga de Campeones y Donnarumma era uno de los señalados.

Al año siguiente habría otra oportunidad bajo el mando de Galtier, pero otro grande de Europa se cruzó en el camino del PSG: el Bayern, como hiciera en la final tres años antes, fue verdugo del equipo francés y Donnarumma, de nuevo, no saldría bien parado tras un error en el tanto de Coman en la ida del Parque de los Príncipes, el único del encuentro. Este año sí se superaron los octavos ante la Real Sociedad, pero en la ida de cuartos ante el Barcelona, el PSG ha caído en casa por 2-3 y Donnarumma ha firmado un mal partido en el que no se ha mostrado nada acertado en sus salidas, unas veces por error y otras por omisión.

Luis Enrique, el tercer técnico del PSG en los tres últimos años, quería un portero con mejor juego de pies y solicitó un nuevo fichaje a pesar de contar ya con Donnarumma y Keylor, pero sólo llegó un perfil bajo como el del barcelonista Arnau Tenas. Aún queda la vuelta para los parisinos, pero se trata de otra fecha europea, de esas que se marcan en el calendario, en la que Donnarumma queda en entredicho. Tras ser nombrado mejor portero del mundo en 2021, su evolución en el PSG no es la que se vislumbraba y ya no es habitual que se incluya su nombre entre los mejores guardametas del momento. A pesar de que su rendimiento en la Ligue 1 sí está a la altura, parece la personificación de esa presión que hay en el Parque de los Príncipes por levantar la Champions. Lleva tanto tiempo guardando porterías en el fútbol profesional que parece un veterano, pero sólo tiene 25 años y tiempo por delante para volver a incluir su nombre entre los mejores.

Ver fuente