Una de las mejores noticias en lo que va de temporada es la irrupción de los Indiana Pacers. El equipo de Rick Carlisle está quinto en el Este y de la mano de Tyrese Haliburton están consiguiendo la mejor ofensiva de la historia de la NBA, con 122 puntos por 100 posesiones. El récord lo tienen los Kings del año pasado, con 118.6, pero estos Pacers, por la forma de jugar y el acierto que han mostrado, son candidatos muy serios a batir la marca de Sacramento. Principalmente por un motivo, y es que hay un pilar que hace de base de todo.
Porque hay que ser honestos: Haliburton es el motivo por el cual Indiana puede jugar al ritmo al que lo hace, al estilo que lo hace. Rick Carlisle ha entrenado a nombres como Chauncey Billups y Richard Hamilton en Detroit, Reggie Miller en Indiana en los años finales de su carrera como jugador y Stephen Jackson al principio de la suya, a los Mavs de Dirk Nowitzki, campeones en 2011 y desde 2018, los de Luka Dončić. Nunca había jugado un baloncesto como el de ahora: ni mejor, ni peor, diferente. Nunca había tenido un equipo capaz de correr como estos Indiana Pacers, que promedian 103.9 posesiones por 48 minutos. Solo Washington juega más rápido, aunque Jordan Poole y Kyle Kuzma lo hacen como pollo sin cabeza y los Pacers tienen una idea clara.
Haliburton y su estilo permiten a Indiana insertar un ritmo frenético en el rival: una de cada cinco jugadas de Indiana son en transición, cogiendo la defensa del contrario descolocada y creando casi 27 puntos con una eficiencia pasmosa. Lo hacen tras pérdida (1.42 puntos por posesión), pero también tras rebote defensivo, anotando 1.26 puntos. No dan espacio al error. Ante Milwaukee, Giannis metió 54 puntos y los Indiana Pacers se lo acabaron llevando porque respondían cada golpe de los Bucks, y cuando el griego se quedó sin fuerza para un empujón final, Haliburton, Mathurin y compañía seguían marcando el ritmo. Por ahora han metido 120 puntos en nueve de los primeros once partidos de la temporada y solo en dos se han quedado en 105 y 104 (sin Haliburton).
Porque el base es la clave. Su temporada roza lo histórico, siendo el primer jugador en sumar 20 puntos, 10 asistencias y lanzar un 40% desde el triple: está en 24.7, 12.5 y 43.6% respectivamente. Lidera la liga en asistencias, puntos generados (33.6, +5.2 sobre el segundo) y es tercero pases entregados a los compañeros, pero también en métricas avanzadas como asistencias potenciales o porcentaje de asistencias. Ha pasado de repartir 5.3 junto a De’Aaron Fox en Sacramento a las 12.5 de este año. Una ventaja es que siete de sus compañeros estén en dobles figuras: Bruce Brown, Buddy Hield, Bennedict Mathurin, Aaron Nesmith, Jalen Smith, Myles Turner y el recién llegado Obi Toppin.
Y todo siendo uno de los jugadores más clutch de la NBA, por delante de Luka Dončić, LeBron James o Alex Caruso. Suma 26 puntos tirando un incomprensible 80% del triple en los cinco minutos finales de partidos cerrados (+/- cinco puntos), con ocho asistencias y solo una pérdida de balón. Porque el paso adelante va de la mano del crecimiento de Haliburton. All Rookie en su primer año, All Star en su tercero, ¿All NBA en el cuarto? Ya firmó una extensión por el máximo permitido para un jugador y sigue creciendo. En siete años, desde que llegó a Iowa State, nunca ha bajado del 40% del triple, pero nunca había llegado tan arriba en el porcentaje de tiro efectivo, con un 63.2%. Por delante esta temporada solo hay jugadores interiores, Dillon Brooks, Mike Conley, Norman Powell y Steph Curry en la lista.
Y mientras Haliburton brilla y se une a las conversaciones sobre el MVP o premios individuales, los Pacers vuelan como colectivo. Las llegadas de Bruce Brown y Obi Toppin han sido dos aciertos descomunales, ambos fijos en el quinteto titular de Carlisle, Mathurin ha sabido hacer de todo mientras recupera sensaciones en el tiro (32.6% del triple) y Myles Turner ha maximizado su rol en apenas 26 minutos, su cifra más baja desde su año novato, compartiendo pintura con Jalen Smith y con Isaiah Jackson. Y es que el banquillo de los Indiana Pacers es, estadísticamente, el mejor de la NBA: 49,6 puntos, 39.7% desde el triple y ratio positivo en pista.
Jalen Smith y Nesmith están sobrepasando el 45% en el triple, en Andrew Nembhard han descubierto un base de rotación NBA y mientras le encuentran salida a Buddy Hield, sigue rindiendo más que correctamente. Suficiente para ganar en Philadelphia, Cleveland y ante los Bucks. Solo la derrota ante Charlotte se puede considerar una mala noche de los pupilos de Rick Carlisle, que en segunda noche de back-to-back, permitieron 125 puntos a los Hornets. Y es cierto que si los Pacers son el mejor ataque de la historia, su defensa es la tercera peor de la NBA. Saben a lo que juegan: meter más puntos que el rival, y tienen herramientas y atajos para hacerlo. Si podrán aguantar ese ataque es una duda; si acabarán la temporada en playoffs, es otra.