Por segundo año consecutivo, los Phoenix Suns de Devin Booker y Kevin Durant se despide de los playoffs sin siquiera pisar las finales de conferencia. En 2023, con Chris Paul como acompañante y Monty Williams como entrenador, fue ante Denver en semifinales; este año ha sido antes, con Bradley Beal como tercera estrella y Frank Vogel en el banquillo, y ante unos Timberwolves que han barrido la pista y la serie con los Suns. Hablar o no de fracaso es para juzgar por parte de cada uno, pero por desgracia para la franquicia, el futuro no pinta mucho mejor. Porque los Suns son, ahora mismo, una de las grandes víctimas del nuevo convenio colectivo por sus decisiones: traspasar por Durant primero y por Beal este pasado verano.

La primera gran cuestión es saber si sigue o no Frank Vogel como entrenador. Apuntar al banquillo en un equipo que fue construido sin un base natural, con un Nurkic como única referencia interior y con tres jugadores que históricamente han necesitado el balón para ser diferenciales es complejo, pero Adrian Wojnarowski ya ha dejado caer que el de anoche podría haber sido el último partido de Vogel. Pero la gran duda no está en la posición de entrenador, sino en la plantilla. ¿Cómo consiguen mejorar un equipo que no tiene profundidad para pelear con los favoritos? La respuesta es muy compleja, porque la situación en Phoenix es de las peores en toda la NBA salarialmente y en activos que disponen para solucionarlo.

Contratos, agentes libres y activos de Phoenix Suns

Los Suns, ahora mismo, siete jugadores con contrato garantizado para el próximo año. Sin opciones, sin condiciones: siete contratos por un valor de más de $194 millones ($194,620,131 exactamente). Solo el big-3, los contratos de Kevin Durant, Bradley Beal y Devin Booker suman unos ~150 millones (aproximado, ya que el salario de Booker es condicional al límite salarial). Con esos siete contratos ya están por encima del límite salarial ($171 millones) y de los dos aprons (~$178 el primero y ~$189.4 el segundo) que regulan los salarios en el nuevo convenio colectivo. Los Suns no pueden traspasar dos contratos de jugadores juntos, no pueden enviar dinero, o recibir salarios más altos de lo que envían, por ejemplo. Atados de pies y manos, y sin movimientos para el futuro.

  • Kevin Durant: $51,179,201 (contrato hasta 2026)
  • Bradley Beal: $50,203,930 (2027 con cláusula de no-traspaso)
  • Devin Booker: $49,350,000 (2028) (salario aproximado)
  • Jusuf Nurkic: $18,125,000 (2026)
  • Grayson Allen: $15,625,000 (2027)
  • Nassir Little: $6,750,000 (2027)
  • David Roddy: $2,847,000 (2026)

Además de los siete garantizados, otros cuatro jugadores tienen una opción de jugador y durante la última semana de junio tendrán que decidir si siguen o no en los Suns. Todos ellos tienen un contrato mínimo, uno que podrían encontrar en otro equipo, pero saben que en Phoenix podrían tener más importancia (y podrían firmar un mejor contrato el verano de 2025). Entre los cuatro suman algo más de $11 millones, y en caso de todos ellos aceptar su opción de jugador, los Suns tendrían más de $205 millones garantizados en salarios ($205,893,182 exactamente) con apenas 11 jugadores en contrato. En caso de rechazar la opción de jugador, cualquiera de los cuatro, se convertiría en agente libre sin restricciones, aunque Phoenix no ganaría espacio salarial para firmar contratos al estar ya por encima del límite:

  • Eric Gordon: $3,356,271
  • Josh Okogie: $2,956,734
  • Damion Lee: $2,845,342
  • Drew Eubanks: $2,654,644

La lista de agentes libros de los Suns no es tan extensa para la cantidad de contratos mínimos que firmaron el año pasado, aunque un par de jugadores pueden hacer daño en su salida. Royce O’Neale y Bol Bol son los dos más importantes, con Isaiah Thomas y Thad Young, firmados a mitad de temporada, como otros nombres. Los tres jugadores con contrato dual, Saben Lee, Ish Wainright y Udoka Azubuike también son agentes libres. Es importante la lista de nombres porque, al estar en el segundo apron, no tienen la opción de usar la excepción mid-level, por lo que solo tienen dos opciones de conseguir agentes libres: manteniendo a los suyos, en algunos casos sobre-pagando, o firmando nuevos por el mínimo salarial.

Pero el principal problema, además de estar por encima de los dos aprons y las limitaciones de movimientos que eso genera, es el no tener ningún pick del draft más allá del de este año (pick #22), la mayoría traspasados a Brooklyn (2025, 2027, 2029) o enviados en algún swap por Bradley Beal. Solo controlan dos rondas desde hoy hasta 2030, la primera de este año y el pick de segunda ronda de 2028 de Boston, protegido del 31-45, las únicas dos elecciones que podrían añadir a un traspaso con los contratos de Nurkic, Little o Allen. Como hemos dicho, atados de manos y pies.

La gran duda en los Suns: ¿el final del big-3?

Como pueden salir del pozo los Suns sin tener que traspasar a alguno de sus tres jugadores principales es una pregunta que se están haciendo en las oficinas de Phoenix ahora mismo. Por estar por encima de ese segundo apron, los Suns tienen prácticamente imposible conseguir buenos jugadores vía traspaso. Entre otras regulaciones, solo pueden traspasar de uno en uno sin agregar salarios, y no pueden recibir más del 100% del dinero que envían en contratos, por citar dos que afectan directamente a estos Suns (aquí las explicamos todas). Por ponerlo con ejemplos prácticos: podrían enviar a Nurkic a cambio de un jugador cuyo máximo salarial podría ser exactamente el salario de Nurk, ni un centavo más. Y solo tienen dos rondas, una primera y la segunda de Boston en 2028, para edulcorar traspasos.

Por lo que igual la pregunta es otra: ¿se puede acabar el big-3 de alguna manera que estos Suns sigan compitiendo a corto y medio plazo? A la hora de decidir qué jugador de los tres debería salir, la respuesta lógica es Bradley Beal, por edad (30) y salario (más de $50 millones los próximos tres años). Pero existe un problema añadido en el contrato de Beal: mantiene todavía la cláusula de no-traspaso que los Wizards le regalaron al firmar su extensión con Washington, y que le permite vetar cualquier traspaso que no le guste el destino. Por lo que mover a Beal y al mismo tiempo salir ganando el trade es una labor también improbable para los Suns. La opción de traspasar a Devin Booker sería un disparo en el pie para una gerencia que venía haciendo las cosas bien hasta febrero de 2023 y solo queda el nombre de Kevin Durant. ¿Se atreverían a mover a un jugador de su nivel sin que pida el traspaso?

La otra opción es confiar en que funcionará. Lo que no salió en Brooklyn, ni con Chris Paul por Devin Booker, saldrá bien en Phoenix por primera vez pese a no poder rodearlo de nada mejor que veteranos. Cambiar el fondo de armario (Gordon, O’Neale, Bol Bol…) por nuevos jugadores de mínimo que funcionen mejor. Confiar que lo que no le ha salido todavía a nadie, y que con el nuevo convenio colectivo es mucho más complejo, te saldrá. Es la idea que Mat Ishbia, el nuevo propietario trajo, sin problemas para gastar millones. Pero en la NBA, por desgracia para algunos propietarios, gastar no significa ganar, y menos si la plantilla está construida a golpe de talonario y nombres, sin proyecto ni argumentos deportivos detrás. Y estos Suns son el mayor ejemplo de ello.

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