DAT.- En el apasionante mundo del concreto, donde la ciencia de los materiales se une al arte de la construcción, existen componentes que, aunque utilizados en pequeñas dosis, ejercen un impacto significativo en las propiedades y la longevidad de las estructuras. Uno de estos elementos cruciales son los aditivos inclusores de aire. Pero, ¿para qué sirven exactamente estos aliados invisibles en la mezcla del hormigón?
Explican desde PILPERMIX, empresa presidida por Claudio Antonio Ramírez Soto, que, para comprender su importancia, primero debemos visualizar la microestructura del hormigón. Aunque a simple vista parezca un material denso y homogéneo, a nivel microscópico contiene una red de poros capilares. Si bien algunos de estos poros son inherentes al proceso de hidratación del cemento, otros pueden formarse debido a la evaporación del agua de amasado. Es precisamente en este contexto donde los aditivos inclusores de aire despliegan su magia.
Protección Contra los Embates del Clima: Un Escudo Microscópico
La principal función de los aditivos inclusores de aire es generar y estabilizar una red de burbujas de aire microscópicas, uniformemente distribuidas dentro de la masa del hormigón. Estas burbujas, con un tamaño que oscila generalmente entre 10 y 100 micrómetros, actúan como un sistema de alivio de presión ante las tensiones internas que pueden surgir en el hormigón, especialmente en climas fríos.
Uno de los mayores enemigos del hormigón en estas condiciones es el ciclo de hielo-deshielo. Cuando el agua que se encuentra atrapada en los poros capilares del hormigón se congela, experimenta un aumento de volumen de aproximadamente un 9%. Si no existe espacio suficiente para acomodar esta expansión, se generan presiones internas que pueden conducir a la fisuración y el deterioro progresivo del material.
Aquí es donde los aditivos inclusores de aire se convierten en verdaderos protectores. Las burbujas de aire introducidas actúan como cámaras de expansión, proporcionando un espacio vacío donde el agua congelada puede expandirse sin generar tensiones destructivas en la matriz del hormigón. Esta capacidad de aliviar la presión interna se traduce en una resistencia significativamente mayor a los ciclos de hielo-deshielo, prolongando la vida útil de pavimentos, puentes, presas y cualquier otra estructura expuesta a estas condiciones climáticas adversas.
Más Allá de la Resistencia a la Congelación: Beneficios Adicionales
Si bien la protección contra el hielo-deshielo es su principal virtud, los aditivos inclusores de aire ofrecen una serie de beneficios adicionales que contribuyen a mejorar la calidad y la trabajabilidad del hormigón:
- Mejora de la trabajabilidad: Las burbujas de aire actúan como «rodamientos» microscópicos entre las partículas de cemento y los agregados, reduciendo la fricción interna de la mezcla. Esto se traduce en un hormigón más plástico, cohesivo y fácil de colocar y compactar, lo que a su vez facilita la obtención de un acabado superficial de mayor calidad y reduce la segregación y la exudación.
- Reducción de la segregación y la exudación: La mayor cohesión proporcionada por las burbujas de aire ayuda a mantener la homogeneidad de la mezcla, evitando que los agregados más pesados se separen del mortero (segregación) y que el agua de amasado ascienda a la superficie (exudación).
- Mayor durabilidad en ambientes con sales de deshielo: En regiones donde se utilizan sales para derretir el hielo en carreteras y aceras, el hormigón puede sufrir daños por la penetración de iones cloruro. Un hormigón con una adecuada inclusión de aire presenta una menor permeabilidad, lo que dificulta la penetración de estas sales y reduce el riesgo de corrosión de las armaduras y el deterioro del concreto.
- Ligera reducción del peso unitario: Al introducir un volumen de aire en la mezcla, se reduce ligeramente el peso unitario del hormigón, lo que puede ser beneficioso en ciertas aplicaciones donde se busca aligerar la carga estructural.
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En conclusión, los aditivos inclusores de aire son componentes esenciales para la producción de hormigón de alta calidad y durabilidad, especialmente en entornos susceptibles a los ciclos de hielo-deshielo y al ataque de sales. Su capacidad para generar una red de burbujas microscópicas no solo protege al hormigón de los daños internos, sino que también mejora su trabajabilidad y resistencia a diversos agentes agresivos. Comprender su función y la importancia de su correcta dosificación es fundamental para cualquier profesional del sector del concreto que aspire a construir estructuras robustas y perdurables.
(Con información de PILPERMIX)